jueves, 5 de septiembre de 2013

Las cosas sencillas ( un pequeño y sencillo testimonio)

     Volvíamos de vacaciones de Francia. El GPS lo teníamos programado para no pasar por peajes y así poder evitar el coste de ellos. Esto tiene su peligro, ya que decidimos pasar por los Pirineos pero por la ruta desde Francia hasta Puigcerdá. Es decir, nos hicimos todas las curvas y subidas de los Pirineos hasta poder atravesarlos.
     Por un lado, descubrimos parajes extraordinarios pero por otro mucho cansancio ya que había mucha curva por medio y si  le pones que se nos estaba acabando la gasolina la cosa se complicaba más.
     Al final, conseguimos llegar a un pueblo de la frontera de Francia donde había gasolinera pero esta funcionaba con tarjeta cosa que no teníamos ya que solo poseíamos metálico.  Pudimos llegar al siguiente pueblo, y lo mismo, no admitía metálico ni había personal para atendernos.
     La cosa empezó a preocuparnos... y en el siguiente pueblo decidí hablar con los de la cadena de Supermercado que  gestionaban la gasolinera pero no me quisieron ayudar. Total, que nos veíamos que el coche en cualquier momento nos dejaría tirados en la cuneta, en los Pirineos, con bastante niebla y sin sitio donde resguardarnos. 
    Nos pusimos a orar dentro del coche pidiéndole al Señor que nos pudiera salir una gasolinera que se pudiera pagar en metálico y que pudiésemos llegar a ella. Subimos a Font Romeu uno de los últimos pueblos de Francia y la gasolinera lo mismo, no admitía metálico y no había nadie para atendernos. Otras que marcaba el GPS ya no funcionaban, nuestros peores temores empezaban a rondar por nuestra cabeza, y ya no sabíamos que hacer si seguir avanzando o quedarnos a pasar la noche en el núcleo urbano más cercano que pudiésemos llegar.          
   
     Como ultimo recurso empecé a hacer la bajada casi sin forzar el motor para no gastar, y llegamos a LLívia que curiosamente es un municipio enclave que esta dentro de Francia pero que pertenece a Cataluña y allí fue donde pillamos la gasolinera  !Si había para pagar en metálico y había personal ! Nos atendieron muy amablemente y pudimos cargar el depósito.
     Nos dio tanta alegría que nos quedamos a cenar en el pueblo. 
    Yo siempre le decía a mi mujer que no tenia un pueblo de referencia en el verano donde ir como hacían muchas personas y que estaba pensando en adoptar uno.  Pues allí salió, hemos adoptado este pueblo como pueblo de referencia.  Es nuestro pueblo, y allí procuraremos ir de vez en cuando. Y lo más importante es que Dios contesto nuestra pequeña oración, la cual hizo mi hijo Teddy.
    Las pequeñas cosas solo las valoran con exactitud quienes las viven, y son las que dan sentido a nuestra vida. Si como  pone en las escrituras, el tiene contados los pelos de nuestra cabeza.
     Entendemos que Dios puede manifestarse también en lo pequeño, no lo olvidemos.

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